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Muchas veces se habla de que se debe “comer atento”. Pero, ¿qué significa? Y el término “comer intuitivamente” rebota mucho por todos lados, pero ¿son iguales? ¿Cuál es la diferencia y lo que es más importante, ¿por qué debería importarte?En el ajetreo y el bullicio del mundo real, nos vemos tan atrapados por el deseo de perder peso, ganar músculo y vernos mejor que a menudo olvidamos la importancia de una relación saludable con los alimentos. Las dietas restrictivas nos dicen “no comas eso” o “sólo en días de trampa”. Es fácil caer en un patrón de vergüenza y culpa cuando inevitablemente romperemos estas reglas de comida. Además, con nuestros horarios ocupados y nuestras prioridades en competencia, podemos olvidarnos de examinar por qué, cuándo y cuánto comemos.

Alimentarse conscientemente:

Comer consciente puede ser visto como una forma de hacerle caso a la conciencia o estar atento a lo que estamos haciendo. El núcleo de esta estrategia de alimentación saludable es ralentizar y estar completamente en sintonía con todos los gustos y texturas de la comida que se está ingiriendo.

La alimentación consciente implica aprovechar la conciencia del momento presente antes, durante y después de comer. El investigador de la Universidad de Massachusetts Jon Kabat-Zinn (el padre fundador del mindfulness en la era moderna) elaboró ejercicios de atención plena para la comida: minimizar las distracciones mientras se come, saborear los sabores y las texturas de los alimentos, experimentar la comida con los cinco sentidos, comer despacio y masticar mejor, tomar bocados pequeños o dejar los utensilios entre bocado y bocado, prestar atención a las señales de hambre y saciedad del cuerpo mientras se come y reconocer los sentimientos a los distintos alimentos sin juzgarlos.

Estudios han demostrado que las personas que comían a conciencia eran capaces de reducir los comportamientos alimentarios emocionales y los atracones. Otras investigaciones han relacionado el aumento de la atención plena con la pérdida de peso y un mejor autocontrol de la diabetes de tipo 2.

Alimentación Intuitiva:

Es un programa específico desarrollado en los años 90 por dos dietistas, Elyse Resch y Evelyn Tribole.

Tiene la intención de liberar a las personas de sus perjuicios sobre la comida que pueden provenir de experiencias vitales pasadas con el objetivo de establecer una alimentación sin juicios. Enseña a las personas para que coman en respuesta a señales físicas de hambre y saciedad, en lugar de señales emocionales. Tiene sus principios básicos como: rechaza la mentalidad de la dieta, honra tu hambre, haz las paces con la comida, descubre el factor de saciedad, afronta tus emociones con amabilidad, respeta tu cuerpo, honra tu salud-nutrición.

La comida intuitiva difiere de comer consciente porque se trata de cuándo, por qué y cuánta comida ingerir.

El concepto de la alimentación intuitiva impulsa a los individuos a escuchar las señales naturales de hambre que el cuerpo da. Estas señales naturales de hambre deben llevarlo a comer sólo cuando se siente hambre, detenerse cuando se esté satisfecho y no confiar en indicadores externos para decirle cuándo debería de comer.

La alimentación intuitiva se enfoca en las razones principales por las que comemos: el hambre y la nutrición.

Un par perfecto

Elegir cuándo, dónde y cuánto comer (a veces las tareas desalentadoras), puede llegar a ser menos estresante a medida que te alejas de las formas habituales de pensar acerca de comer. Tanto la alimentación consciente como la intuitiva, son excelentes prácticas para mejorar tu relación con los alimentos y crear hábitos alimenticios más saludables.

De esta forma podrás ser consciente de las cantidades que ingieres y de las sensaciones que esto produce, al mismo tiempo que dejas de etiquetar los alimentos como “buenos” o “malos”. La alimentación consciente lo hace limitando las distracciones durante las comidas, mientras que la alimentación intuitiva trabaja para eliminar las creencias negativas sobre el cuerpo y la comida.

Fuente: Diario21