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Una musa puede aparecer en un objeto de deseo, en un amor correspondido o no, en un cariño, en una pareja. Gilda la encontró en el amor de quienes la rodeaban, por eso a sus canciones no les sobra el contenido erótico de tantas otras cumbias que hablan de sábanas pegadas, de esas en las que nadie se promete nada más allá del tiempo. Gilda era del pueblo, era de sus amigas. Con los años, los homenajes, las películas y los programas especiales, se han ido conociendo historias de mujeres que acompañaron a la diva de la movida tropical desde un lugar muy cercano, tan íntimo como la amistad.

El 7 de septiembre de 1996, la mujer antes conocida como Miriam Alejandra Bianchi perdió la vida a los 34 años en un accidente, en pleno tour. Estaba en la ruta, a bordo de un micro, y con ella también murió su hija Mariel. Además de Gilda y su nena, fallecieron otros cuatro integrantes de su staff. La frase “se fueron de gira” suena ridícula al referirse a estas personas que murieron injustamente en medio de un tour, pero los artistas igual quedan para siempre en ese limbo de luces y tragedia. La cantante y alma máter del equipo se había ido, y a partir de allí nacía la santa.